El cantautor Pablo López (Fuengirola, 1974) reconoce que tiene un "respeto honesto" por el mar, a pesar de ser hijo del levante y del poniente. Este Gatopardo, que elige '47' como seudónimo para el inicio de esta conversación, reconoce como única patria, donde se ha criado, se ha conformado, su madre. "Mide 1'65, se llama María Dolores y es mi vieja. Me he criado en esa estructura física y humana", explica. El niño que fue llamaba constantemente al teléfono del hotel en el que trabajaba su madre porque "la echaba de menos siempre". Reconoce, también, que ahora le dice mucho más que la quiere de lo que se lo dijo en su momento, a pesar de que no quiere que escuche esta entrevista y se ruboriza a veces con sus respuestas.
Nombra también otro nombre fundamental en su vida: Luis. Es su hermano, con el que tiene una relación especialmente íntima, con el que trabaja, pero es también su abuelo. Reconoce que pasaba tantísimas horas con él de niño que se le pegaba la forma de actuar de una persona de avanzada edad. "Me sentía parte de esa generación, de una manera delirante". "La herencia que he tenido son detalles, fui la pasión de mi abuelo", explica.
Su pasión por la música fue algo que convivió con él desde muy pequeño, recuerda junto a Mara Torres en esta entrevista la primera vez que cantó en televisión en el año 1996 en CanalSur. "Tengo la imagen de mirar al público y ver a mi abuela, la que me faltaba por nombrar en esta conversación", explica. "Sigo siendo el mismo, antes era un niño viejo y ahora soy una persona de 37 que sigue siendo un niño. Los demás que cantaban conmigo aquel día han crecido y yo sigo igual", explica. Pero, también reconoce, que "se han salvado varias batallas al respecto, véase mi música, tengo la vulnerabilidad y la fortaleza de un niño".
Su prestigiosa carrera en la música de este país es indiscutible, goza con el cariño del público.
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